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De las letras y las aulas

De las aulas y las letras

 

 

  No pocas veces he escuchado hablar sobre la importancia de enseñar literatura o música bajo fines o vínculos con las personas, meramente estéticos. Sin embargo creo que la estética es la raíz de varios de nuestros males. Por cuestiones estéticas la gente es segregada, por cuestiones estéticas mueren jóvenes de enfermedades como bulimia o anorexia. La estética es solo un andamiaje o un canon relativo donde se clasifica y tal vez se pierde la verdadera intención de un autor. La literatura o la música como otras artes, es una expresión de voluntad, un ente vivo, una forma de conciencia. Debería enseñarse literatura viva que excede un proceso histórico o demás críticas que solo sirven para aprender un porque y no un para qué. Sobre todo en esta era de vacío espiritual y moral que subsanado por el consumo voraz y otras frivolidades se manifiesta en una era de violencia implícita y explícita. “Lo que cambia es la tecnología el hombre no siempre es el mismo”

 

 Los jóvenes, dicen, no tienen principios. Pero tampoco tienen lugares, habilidades, ni medios de expresión y tal vez, como una triste solución, en cierto modo la respuesta es automatizarlos, someterlos al mecanismo de ciertas pantallas que solo responden a la hora de llenar datos estadísticos. La literatura ingresa en un aula e inevitablemente se convierte en su antítesis, se vuelve tangible; porque el objetivo es evaluar no brindar medios de expresión valederos que faciliten el reencuentro con la humanidad perdida. Los profesores generalmente creen que su mayor objetivo es enseñar, mediante una receta, la elaboración de tipologías textuales determinadas, solicitudes laborales, curriculum vitae y demás formatos que parecieran ser el sumo canon para sobrevivir en sociedad dejando de lado lo más importante, la literatura.     

 

Desde mi adolescencia digo: Alonso Quijano sueña ser Don Quijote. Yo a quien conozco es a Don Quijote, entonces Cervantes ¿Quién te conoce? Opino que enseñar literatura debe abrir la posibilidad de ser un hidalgo en cualquier momento o lugar, La Maga o Mafalda como presidente de la OTAN si es necesario.  

 

Finalmente transcribo un fragmento de “La penúltima versión de la realidad” ensayo ficción de J.L.Borges, Discusiones, 1932.

 

 El materialismo le dijo al hombre: Hazte rico de espacios y el hombre olvido su propia tarea. Su noble tarea de acumulador de tiempo. Quiero decir que el hombre se dio a  la conquista de las cosas visibles. A la conquista de personas y de territorios. Así nació la falacia del progresismo. Y como consecuencia brutal nació la sombra del progresismo. Nació el imperialismo.

Es preciso, pues, restituir a la vida humana su tercera dimensión. Es necesario profundizarla. Es menester encaminar a la humanidad hacia su destino racional y valedero. Que el hombre vuelva a capitalizar siglos en vez de capitalizar leguas. Que la vida humana sea más intensa en lugar de ser más extensa  

              

   

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